La obra de teatro “El honor perdido de Henrietta Leavitt” se estrena mañana en Tacoronte

Los intérpretes (de izq. a dcha.) Sigrid Ojel, Débora Ávila y Daniel Sanginés en el ensayo general de la obra esta mañana en Tacoronte. Foto: Daniel López/IAC.
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Suena música interpretada por Shirley Bassey. La astrónoma Henrietta Leavitt, conocida por su “regla” para medir grandes distancias en el Universo, recibe la visita de un célebre periodista de la CBS, Edward Murrow. El interés de esta cadena de televisión americana por rendirle un homenaje sorprende a Henrietta que, sin embargo, acepta someterse a una entrevista. Su amiga y colega del Observatorio Astronómico de Harvard Annie Cannon la acompaña en la mayor parte de las sesiones. Todo transcurre con naturalidad hasta que el periodista intenta obtener información sobre algunas cuestiones que Henrietta parece querer ocultar, como la relación que mantuvo con el director del Observatorio, Edward Pickering, y el motivo por el que no logró en su momento el reconocimiento que se merecía.

Este es el argumento de la obra teatral multimedia El honor perdido de Henrietta Leavitt que se estrena mañana sábado, 21 de octubre, a las 20 h, en el Auditorio Municipal Capitol de Tacoronte, y que posteriormente, los días lunes 23, a las 18h, y jueves 26 y viernes 27, a las 20h, se representará en el Teatro Leal de La Laguna. Hoy viernes ha tenido lugar en Tacoronte el ensayo general con público, en concreto con estudiantes de centros escolares de este municipio. Este ensayo se ha realizado simultáneamente con tres intérpretes de lengua de signos para que pudieran seguirlo los alumnos con discapacidad auditiva presentes.

Este espectáculo forma parte de las actividades programadas en el marco del proyecto “El regreso de Henrietta Leavitt. De la escuela a la carrera investigadora pasando por el teatro”, una iniciativa del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), a través de su Unidad de Comunicación y Cultura Científica (UC3), y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, y que cuenta con la colaboración del Museo de la Ciencia y el Cosmos, de Museos de Tenerife, los ayuntamientos de Ciudad de Tacoronte y La Laguna, la Consejería de Educación y Universidades, la Universidad de La Laguna, y el proyecto GENERA, muchas otras instituciones. En especial, apoyan este proyecto la Unidad de Igualdad de Género (UIG) de la ULL, el Cabildo de Tenerife, a través del Marco Estratégico Tenerife Violeta (METV), y la Red Insular de Igualdad de Género Tenerife Violeta (RIIGTV), en la que está integrada el IAC.

La obra de teatro fue originalmente un proyecto del Museo de la Ciencia y el Cosmos (MCC), de Museos de Tenerife, y del Planetario de Pamplona, en colaboración con el IAC y la FECYT, en el marco del Año Internacional de la Astronomía 2009. La obra se representó en ocho ocasiones: seis en el Museo en 2009 y dos en el Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra “Baluarte” en 2010, coincidiendo con la 5ª edición del Congreso de Comunicación Social de la Ciencia “Una nueva cultura”, organizado por el Planetario de Pamplona.

Si bien no era la primera vez que el Museo de la Ciencia y el Cosmos se embarcaba en experiencias teatrales con fines pedagógicos y lúdicos, convencido del gran potencial de las artes escénicas como recurso para la divulgación científica, en aquella ocasión lo hizo controlando todo el proceso de creación con los recursos y las capacidades propias del Museo y con la estrecha colaboración de los actores -Natalia Ruiz, Débora Ávila y Javier Martos- y demás participantes en el proyecto.

En esta ocasión, se ofrece una nueva adaptación de la obra bajo la dirección de Helena Romero, profesional con gran experiencia en teatro científico, y con la compañía TURBOCULTURA, que contará con los actores Sigrid Ojel, Débora Ávila y Daniel Sanginés. Además de las funciones abiertas al público, el proyecto incluye funciones de mañana para escolares previamente concertadas, así como funciones acompañadas con intérpretes de lengua de signos a cargo de Judith González, Verónica Redrado y Lidia Medina, para que puedan asistir personas con discapacidad auditiva, pues tanto Henrietta Leavitt como la astrónoma Annie Cannon, personaje también de la obra, tenían capacidades auditivas limitadas.

Esta obra de teatro incorpora un audiovisual para explicar los conceptos científicos, realizado por Iván Jiménez, música interpretada por Shirley Bassey; y una escenografía expresionista que en su día diseñó para la obra el artista Diego Giuliano, desgraciadamente ya fallecido.

Sosteniendo la mitad del cielo

"De ritual mágico a ceremonia de culto a los dioses en sus orígenes, desde simple actividad contemplativa hasta género literario, el teatro también es un eficaz medio transmisor de ideas y de cultura y una forma de dar a conocer los cambios que se producen en la sociedad, combinando educación y entretenimiento”. Así lo expresa Carmen del Puerto, jefa de la UC3, coordinadora del proyecto y autora del texto de la obra, convencida del potencial del teatro como recurso para la divulgación científica.

El honor perdido de Henrietta Leavitt es un relato construido a partir de la poca documentación que existe sobre Miss Leavitt, como la llamaban, a quien debemos la “regla” para medir grandes distancias en el Universo. Ella y su colega Annie Cannon, otro personaje de la obra, pertenecieron al conocido equipo de mujeres que trabajó en el Observatorio de la Universidad de Harvard bajo las órdenes de Edward Pickering. Ambas fueron brillantes astrónomas que también tuvieron en común sus limitadas capacidades auditivas. De ahí que dos funciones de esta obra de teatro y el ensayo general se hagan incorporando intérpretes de lengua de signos.

“A falta de datos sobre muchas circunstancias que rodearon la vida de Henrietta Leavitt –explica Carmen del Puerto-, la obra introduce algunas licencias que juegan con la ambientación histórica e incorpora elementos de ficción y anacronismos intencionados. El título, El honor perdido de Henrietta Leavitt, es un “préstamo” del Premio Nobel Heinrich Böll, autor de El honor perdido de Katherina Blum. Y la concurrencia de tres únicas figuras sobre el escenario, en un espacio-tiempo sin definir, está tomada de otro Premio Nobel, Jean-Paul Sartre, quien tan magistralmente introdujo a tres actores en el infierno con su drama A puerta cerrada. También es una “usurpación” el personaje masculino, Edward Roscoe Murrow, “robado” al periodismo de mediados del siglo XX y al cine del siglo XXI, retratado en la película Buenas noches y buena suerte. Por último, canciones inolvidables interpretadas por Shirley Bassey refuerzan el hilo conductor de la historia.”

“Todos estos factores –añade- convergen en El honor perdido de Henrietta Leavitt, un homenaje al papel de las mujeres en la Astronomía, cuya labor no siempre obtuvo el merecido reconocimiento debido a los prejuicios sociales que en el pasado limitaban la percepción y valoración de lo femenino a la esfera puramente doméstica. Un homenaje extensible a muchas otras mujeres, ya sea en los campos de la ciencia o del arte. A todas ellas debemos dar gracias por sostener la mitad del cielo."

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