ESPECTÁCULO DE DANZA CONTEMPORÁNEA: “LA VIUDA NEGRA, CANIBALISMO CÓSMICO”Domingo 8 de julio, a las 21:00h, en el Auditorio de Tenerife “Adán Martín” y organizado por Tariq Shahbaz, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias

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Este espectáculo multimedia, que incluye proyecciones de animaciones astronómicas, infografía e imágenes y sonidos de fenómenos astrofísicos, pretende interpretar la vida de uno de los sistemas astronómicos más exóticos que conocemos, los “púlsares viuda negra”, usando como medio de expresión la danza contemporánea. Las estrellas, como las personas, tienen ciclos de vida: nacen, pasan varias fases evolutivas, atraen a otras, algunas viven en pareja y pasan por buenos y malos momentos. Hay estrellas que mueren en silencio, completamente inadvertidas, y otras que lo hacen en explosiones dramáticas. Claramente hay una fuerte analogía entre nuestras vidas y la de las estrellas, una oportunidad perfecta para explicar la compleja física estelar, usando medios expresivos y un idioma (la danza) común a todos los grupos de edad.

La danza contemporánea es un tipo de expresión artística basada en la técnica del ballet clásico pero con menor rigidez de movimientos. También busca expresar, a través del bailarín, una idea, un sentimiento, una emoción, pero mezclando movimientos corporales propios de los siglos XX y XXI. Es completamente interpretativa, sus movimientos se sincronizan con el objetivo de comunicar un mensaje. Desde el punto de vista de la divulgación científica en el campo de la Astronomía y la Astrofísica, la danza contemporánea supone una alternativa original a los canales estándares de difusión de la ciencia. Con su gran potencial de comunicación puede provocar una reacción emocional entre los asistentes y contribuir a fijar un mensaje duradero en el espectador.

ARGUMENTO:

Los púlsares son estrellas de neutrones (estrellas muy densas y compactas) que giran sobre sí mismas a altas velocidades y tienen campos magnéticos muy intensos. Los sistemas conocidos como “púlsares viuda negra” están formados por un púlsar y una estrella compañera, girando una en torno a la otra, y en la que el púlsar, al tener un campo gravitatorio mayor, va absorbiendo materia de su estrella compañera hasta prácticamente hacerla desaparecer.

La vida de estos sistemas astronómicos es, por tanto, análoga a la de una pareja que, lamentablemente, como muchas hoy en día, están sujetas a fricciones y rupturas. El personaje principal de la representación es una estrella de neutrones, de tal densidad que una cucharadita pesaría mil millones de toneladas. Esto implica que su atracción gravitacional es inmensa y, desde un punto de vista artístico, puede representarse como un personaje seguro, fuerte y dominante.

La historia comienza con la aparición de una solitaria estrella púlsar que realiza una danza errática en torno al centro de una densa concentración de estrellas (cúmulo globular), para luego capturar gravitacionalmente a una estrella compañera. Como la mayoría de las parejas en el inicio de una relación, todo parece nuevo y emocionante. Las dos estrellas evolucionan conjuntamente y, en poco tiempo, llegan a estar físicamente más cerca la una de la otra. Al principio, disfrutan del acercamiento, pero la estrella compañera no sabe que está cayendo en una trampa, en una telaraña. La atracción (gravitacional) del púlsar es tan fuerte que la otra estrella cambia físicamente su forma. Conforme transcurre el tiempo, el carácter dominante del púlsar se impone, toma el control y la estrella no tiene otra opción que dar su cuerpo físico y alma, transfiriendo materia. Al caer en el púlsar, la materia incrementa cada vez más su giro, de la misma manera que un carrusel infantil gira más rápido a medida que se le empuja.

El púlsar, alimentado de esta materia, se siente joven y fuerte. Pero sus necesidades son abrumadoras, quiere más materia todo el tiempo y empieza a arrancar materia de su pareja. Ambos tienen su propio viento (carácter), pero cuando hay enfrentamientos, la estrella débil siempre lleva la peor parte. El viento del púlsar rejuvenecido es más dominante y la radiación producida por los choques de vientos es tan intensa que la estrella empieza a evaporarse, hasta desnudarla emocionalmente. El abuso es continuo y termina por afectar a la estrella físicamente, su confianza disminuye y pierde peso hasta consumirse. Por eso, los sistemas se llaman púlsares "viuda negra", como la araña que devora a su pareja después de copular. Lo que queda al final es una estrella púlsar rejuvenecida por su "ex" y ahora preparada y lista para capturar a una nueva pareja.

Para más información y entrevistas: Tariq Shahbaz (IAC). tsh [at] iac.es. danzacosmica.es

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