GTC estudia el origen del neutrino detectado en el “Cubo de Hielo” en el Polo Sur

Región de cielo en que se encuentra la fuente emisora del neutrino. Crédito:
Fecha de publicación

Existe un tipo de galaxias que se denominan activas (AGN) de las que, además de la luz visible de las estrellas que las componen, recibimos radiación en todas las frecuencias del espectro (desde ondas de radio hasta rayos gamma). Los procesos físicos que tienen lugar en el núcleo de estas galaxias son tan extremos que producen muchas otras partículas altamente energéticas, como es el caso de los neutrinos. Estas son las partículas subatómicas más abundantes en el Universo, que están en todas partes, pero son muy escurridizas. Aunque estén bombardeando constantemente la Tierra, moviéndose tan veloces como la luz, no podemos verlas ni sentirlas. Son partículas “fantasmas” porque casi nunca interaccionan con la materia y, sin embargo, son fundamentales para comprender las leyes de la naturaleza. Detectar neutrinos requiere, por lo tanto, instrumentos especiales, como el experimento IceCube, instalado en el Polo Sur, que utiliza un enorme cubo de hielo, con un tamaño de 1 km de largo, 1 km de ancho y 1 km de profundidad, como sensor para localizar estas partículas.

El 22 de septiembre de 2017, los investigadores de este particular observatorio anunciaron la detección de un neutrino extremadamente energético que procedía de un lugar externo a la Vía Láctea. La noticia se extendió rápidamente provocando una carrera para identificar la fuente responsable de esta emisión. El satélite FERMI, y los telescopios MAGIC instalados en el Observatorio del Roque de los Muchachos (Garafía, La Palma), fueron de los primeros en ponerse en acción para buscar fuentes de este tipo de radiación dentro de la región del cielo esperada. La detección de rayos gamma procedentes de la galaxia activa TXS 0506+056, desde una dirección consistente con el evento de emisión de neutrinos, hace que esta galaxia sea actualmente el candidato más prometedor para ser la fuente del evento de neutrinos. Sin embargo, se desconocía la distancia a la que se encontraba, por lo que todavía no se podía deducir la luminosidad de la fuente, ni los procesos físicos responsables de la emisión de neutrinos.

Para medirla, eran necesarias observaciones espectroscópicas con telescopios "convencionales”, pero todos los intentos fallaron porque su señal era demasiado tenue. De manera que un equipo de investigadores liderado por la astrofísica Simona Paiano, del Observatorio de Padova del INAF (Instituto Nazionale di Astrofisica) y por Riccardo Scarpa, astrónomo del GTC, decidieron observar esta fuente con el mayor telescopio óptico-infrarrojo del mundo, es decir el Gran Telescopio Canarias, en La Palma. Los resultados se han publicado recientemente en la revista The Astrophysical Journal.

"Gracias a la enorme área colectora de luz del GTC, y después de dedicar varias horas de observación, pudimos detectar los rasgos típicos de la emisión del gas de la galaxia, y con ello determinar su distancia", explica Paiano. De esta manera, consiguieron situar a esta galaxia activa a una distancia de 6.000 millones de años luz de la Tierra. "Vimos la débil emisión del gas donde otros no vieron nada, un resultado que no habría sido posible sin la potencia del GTC y la experiencia de su personal", añade Scarpa.

“La posible asociación de esta galaxia activa como un emisor de neutrinos de energía extremadamente alta, ubicada a miles de millones de años luz de distancia, abre una nueva ventana en Astronomía para estudiar el Universo de las más altas energías y, lo más importante, utilizar un mensajero que no sea la luz", concluye Simona Paiano.

Artículo: Paiano, S. et al. The redshift of the BL Lac object TXS 0506+056, The Astrophysical Journal Letters. http://lanl.arxiv.org/pdf/1802.01939v1

Contacto en el IAC/GTC: Ricardo Sccarpa (riccardo.scarpa [at] gtc.iac.es (riccardo[dot]scarpa[at]gtc[dot]iac[dot]es))

Otros enlaces de interés: