Las Leónidas bombardean la luna

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Científicos del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), en colaboración con investigadores de la Universidad de Monterrey (México) y el Centro Astronómico Hispano-Alemán de Calar Alto (CAHA) en Almería, han detectado por primera vez los destellos luminosos producidos por el choque de pequeños fragmentos del cometa Tempel-Tuttle sobre la superficie de la Luna. Estos fragmentos –pertenecientes a la lluvia de estrellas de las Leónidas– originan cráteres de hasta 30 metros de diámetro, según la estimación de los científicos. Las conclusiones de la observación, realizada en noviembre de 1999, aparecerán publicadas mañana jueves en el último número de la revista Nature y abren nuevas vías de estudio de este violento fenómeno.

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Por primera vez se han podido observar los destellos producidos en la Luna por el choque de pequeñas partículas desprendidas del cometa Tempel-Tuttle, que origina en la Tierra la lluvia de estrellas fugaces conocida como Leónidas. Estos fragmentos (denominados meteoroides) impactaron violentamente contra el suelo lunar a unos 260.000 kilómetros por hora y provocaron cráteres de entre 5 y 30 metros de diámetro –según la estimación del estudio–, que no son visibles desde la Tierra ni con la ayuda de grandes telescopios. A pesar de que la superficie de la Luna está plagada de cráteres, todos producidos por colisiones de meteoroides, asteroides y cometas, nunca antes se había observado ningún impacto directamente.

En opinión de los científicos, es imposible que un fenómeno similar ocurra en la Tierra gracias a que la atmósfera de nuestro planeta frena y desintegra los fragmentos impidiendo que impacten contra su superficie. Según los cálculos del artículo "Optical detection of meteoroidal impacts on the Moon" (Detección óptica de impactos de meteoroides en la Luna), que aparece publicado en Nature, los fragmentos pesaban entre 100 gramos y 5 kilogramos. La masa del mayor de los meteoroides hace suponer que liberaron una energía equivalente a la explosión de unos 3.000 kilogramos de TNT.

Los destellos corresponden a una lluvia de meteoroides caídos sobre la zona oscura de la cara visible de la Luna en noviembre de 1999. Los investigadores presentan indicios de otro impacto de características parecidas ocurrido en el mes de julio, debido posiblemente a un fragmento de otro cometa. La técnica utilizada ha permitido conocer mejor el proceso de choque –este tipo de impactos no se puede reproducir en un laboratorio– y algunas de las propiedades de los fragmentos desprendidos del cometa Tempel-Tuttle. Las observaciones fueron realizadas en México con un telescopio que llevaba acoplada una cámara de vídeo.

Hasta la fecha, no se había observado ninguno de estos destellos, que duran menos de dos centésimas de segundo, por la insuficiente sensibilidad de las cámaras utilizadas. Pero la intensa lluvia de Leónidas de 1999, debida a una mayor concentración de partículas en el espacio, facilitó la observación de impactos en la superficie de la Luna como los cinco detectados por los investigadores.

INVESTIGADORES:

  • José Luis Ortiz, Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Granada.
  • Pedro V. Sada, Universidad de Monterrey, México.
  • Luis R. Bellot, Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Tenerife.
  • Francisco J. Aceituno, Alhamar 40. Granada.
  • Javier Aceituno, Centro Astronómico Hispano-Alemán. Almería.
  • Pedro J. Gutiérrez, Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), del CSIC.
  • U. Thiele, Centro Astronómico Hispano-Alemán. Almería.
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