El doble atardecer de la película “La Guerra de las Galaxias” podría dejar de ser una mera ficción cinematográfica. La detección de un cuerpo orbitando alrededor de un sistema binario de estrellas en la constelación del Dragón despierta la posibilidad de que se trate del primer planeta hallado en asociación con dos soles. Los eclipses entre las estrellas dieron la pista inicial a un grupo internacional de investigadores encabezado por Hans Deeg, del Instituto de Astrofísica de Canarias.
Las candidatas a alumbrar este supuesto planeta son dos estrellas binarias que se encuentran a 52 años luz de distancia de la Tierra y están tan cerca una de la otra que se eclipsan cada 15 horas. “Su rápida danza orbital y su baja masa las convirtieron en un sistema ideal para buscar planetas a su alrededor”, explica Deeg, que añade que las irregularidades en este baile, observadas a lo largo de 30 años durante sus eclipses, permitieron comprobar la evidencia de un tercer cuerpo. Sus resultados acaban de ser publicados en la revista especializada Astronomy & Astrophysics.
Los astrónomos midieron los eclipses entre las estrellas y analizaron las variaciones en el tiempo que necesitaba la luz para llegar a nuestro planeta. Las diferentes periodicidades obtenidas les llevaron a concluir que existía un cuerpo que alteraba las mediciones y que “podría ser un planeta o una enana marrón, con lo cual sería la primera vez que se detecta un objeto de este tipo alrededor de un sistema binario”, destaca Deeg. Según el investigador, se ha descartado que sea una tercera estrella.
Sus hipótesis barajan la posibilidad de que se trate de un cuerpo celeste con varias veces el tamaño de Júpiter y un período orbital de dos décadas, o bien de un objeto similar al planeta gigante con períodos orbitales de cientos a miles de años. En el primer caso, el cuerpo se situaría a cinco Unidades Astronómicas (UA) de las estrellas, es decir, a cinco veces la distancia que separa la Tierra del Sol, mientras que en el segundo caso su lejanía podría ser hasta veinte veces mayor.
El método de detección del cuerpo, que se aplica por primera vez a la búsqueda de planetas extrasolares, mide con una precisión de unos pocos segundos la hora en que el eclipse de las estrellas es máximo. Estos momentos deberían obedecer a una estricta periodicidad, de modo que eventuales alteraciones apuntan a la interferencia de otro objeto.
En la literatura astronómica, existen mediciones de esta pareja de estrellas desde 1977. Junto a las observaciones en el rango visible llevadas a cabo desde 1994 en los telescopios IAC 80 e Isaac Newton, ubicados en los observatorios de Canarias, y también desde Rusia y Estados Unidos, se determinó una alteración relevante en los tiempos del eclipse: la luz se retrasó unos diez segundos más de lo estipulado.
“Estaremos muy pendientes porque el seguimiento de este cuerpo durante los próximos años será decisivo para determinar su naturaleza, y quizá estemos ante una nueva clase de planeta”, indica el astrofísico, quien recuerda que hasta la fecha la detección de planetas se limitaba a aquellos que orbitan alrededor de una sola estrella. El estudio de las estrellas binarias es una parte esencial de la astrofísica estelar, ya que se cree que la mayoría de “soles” de nuestra galaxia se ha formado en sistemas binarios o múltiples.
Más información:
Artículo en Astronomy & Astrophysics, vol. 480