La misión espacial Planck recibe el premio Gruber de Cosmología

Anisotropías del fondo cósmico de micoondas (CMB) observadas con el satélie Plank. Crédito: ESA, Planck Collaboration.
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La Fundación Gruber ha otorgado su premio homónimo a la misión espacial Planck, que estudia el fondo cósmico de microondas, la radiación fósil del Big Bang. Esta misión, en la que ha colaborado personal investigador y del Área de Instrumentación del IAC, ofrece información muy valiosa para determinar las teorías de formación y evolución del Universo. 

El premio Gruber de Cosmología se entrega desde el año 2000 y reconoce a aquellos descubrimientos teóricos, analíticos o conceptuales que lleven a avances fundamentales en esta área de la Astrofísica. Este año ha recaído tanto en los investigadores principales de esta misión, Nazzareno Mandolesi y Jean Loup Puget, como en el resto del equipo científico que conforman Planck, entre los que se encuentran los investigadores del IAC Rafael Rebolo, José Alberto Rubiño, Ricardo Génova-Santos y Roger Hoyland. También han colaborado desde el IAC en proyectos específicos para Planck los investigadores Rafael Barrena,  Alina Streblyanska, Denis Tramonte, Antonio Ferragamo, Alejandro Aguado, Beatriz Ruiz-Granados y Flavien Vansyngel.

Según destaca el comunicado oficial de la Fundación Gruber, "Planck ha determinado con una precisión sin precedentes el contenido de materia y energía del Universo, así como su geometría, que resulta ser compatible con plana”. Ha medido además la huella del gas caliente presente en los cúmulos de galaxias sobre la radiación cósmica de microondas (este grupo de trabajo ha estado coordinado por J.A. Rubiño desde el IAC), y el efecto de lente gravitatoria asociado a todas las grandes estructuras de materia en nuestro universo. Además, ha impuesto límites muy estrictos a las propiedades de una hipotética fase de “Inflación” primigenia, apenas una pequeña fracción de segundo tras el Big Bang. Finalmente, ha fijado también con detalle la época de formación de las primeras estrellas y ha proporcionado una información determinante sobre la distribución del polvo interestelar y los campos magnéticos en nuestra galaxia.

El IAC también ha colaborado en este proyecto desde finales de los años noventa a través de su Área de Instrumentación, desde donde se desarrolló el software de control de su instrumento de baja frecuencia (LFI), que abarca también su caja de electrónica -REBA (Radiometer Electronic Box Assembly)- y el software de compresión. Tuvieron una importante participación en el proyecto los ingenieros José Miguel Herreros, Roger Hoyland,María Francisca Gómez Reñasco y Haresh Mangharan Chulani, así como otros ingenieros y personal de los talleres y laboratorios del IAC.  

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