El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha recibido la visita de Robert P. Kirshner, Director Ejecutivo del Observatorio Internacional del Telescopio de Treinta Metros (TIO). Durante su estancia en la sede del IAC en La Laguna, fue recibido por el director del centro, Valentín Martínez Pillet, y por la subdirectora, Eva Villaver Sobrino, junto con otros miembros del instituto de investigación. Durante su visita, pudo conocer de primera mano las capacidades científicas y tecnológicas de la institución y ofreció un coloquio titulado El Telescopio de Treinta Metros y la Ciencia del Futuro.
El Telescopio de Treinta Metros (TMT) es un proyecto internacional que tiene como objetivo construir el mayor telescopio óptico e infrarrojo del Hemisferio Norte. Inspirado en el legado de los Telescopios Keck y del Gran Telescopio Canarias (GTC) —actualmente el mayor telescopio óptico-infrarrojo en funcionamiento en el mundo—, el TMT se encuentra en una fase avanzada de diseño y fabricación de componentes clave, como los segmentos de su espejo primario y sus sistemas de soporte. La ubicación inicialmente prevista para esta instalación es Hawái, mientras que el Observatorio del Roque de los Muchachos, operado por el IAC, es el emplazamiento alternativo.
En su presentación, Kirshner destacó que el TMT será un telescopio con una capacidad de imagen y sensibilidad sin precedentes: “Gracias a su óptica adaptativa multiconjugada de alto rendimiento, el TMT alcanzará una resolución angular cercana al límite físico de difracción de la luz: alrededor de 0,0055 segundos de arco a 800 nm".
Un telescopio como el TMT ofrece capacidades revolucionarias para la ciencia, en particular para la Astrofísica, al combinar un poder de captación de luz sin precedentes con una resolución angular extraordinaria. Esto permitirá detectar y caracterizar exoplanetas que orbitan estrellas cercanas. A través de espectroscopía de alta precisión, posibilitará el estudio de sus atmósferas, composición química y condiciones de habitabilidad. Asimismo, el TMT permitirá la observación de poblaciones estelares en galaxias cercanas con una capacidad que actualmente no existe, para analizar su dinámica y enriquecimiento químico, y mediante la obtención de imágenes de objetos extragalácticos, explorar la naturaleza de la materia y la energía oscuras. De este modo, se consolidará como una herramienta esencial para abordar las cuestiones más fundamentales de la astrofísica moderna. Kirshner añadió: “Esta capacidad, combinada con su enorme apertura, nos permitirá afrontar un amplio rango de preguntas fundamentales en astrofísica, desde la detección de signos de vida en exoplanetas hasta el estudio de la física de los agujeros negros, la materia oscura y la energía oscura.”
Durante su charla, Kirshner subrayó que “la cooperación internacional es esencial para hacer realidad proyectos de esta magnitud, y el TMT es un ejemplo de esa visión compartida".
