Un universo reflejado

Interior del la cúpula del Gran Telescopio CANARIAS (GTC). En la imagen puede apreciarse su espejo primario, el secundario reflejado, el tubo y la montura. Crédito: Miguel Briganti / IAC.
Fecha de publicación
Autor/es
Natalia Ruiz Zelmanovitch

Tienen nombres. Los tienen porque no son meros objetos. Y si lo son, yo no los veo así. Tal vez por el hecho de que poseen la inmensa facultad de acercarnos el cielo oscuro regalándonos discretamente su luz. Luz llena de historias. Historias llenas de ciencia. Ciencia llena de datos. Datos llenos de análisis. El análisis de nuestra propia existencia.

Primero, se fabricó el segmento maestro. Luego, una vez fabricados y comprobado que cumplían con todas las especificaciones, fueron llegando en lotes: los primeros seis supusieron una prueba para quienes tenían que transportarlos. Pero todo salió bien.

La autora del post frente a uno de los espejos del Gran Telescopio Canarias, en la sala de almacenaje de espejos cuando aún no habían sido instalados. Crédito: Gabriel Pérez, 2006.
La autora del post frente a uno de los espejos del Gran Telescopio Canarias, en la sala de almacenaje de espejos cuando aún no habían sido instalados. Crédito: Gabriel Pérez, 2006.

Para cuando llegaron los segundos la operación ya estaba controlada. El proceso de aluminizado y el montaje del primer segmento también fueron momentos emocionantes. Y un tiempo después ya estaban los 36 segmentos más los seis de repuesto, con esa forma tan peculiar de cuenco muy abierto.

He mirado sus nombres. Los veo reflejados cada vez que cierro los ojos. Porque de ellos emergen las siete, y todas tienen su momento de gloria en los espejos. Siete islas, siete parques nacionales, siete bailes típicos, siete aves, siete plantas y siete árboles autóctonos. Un universo de naturaleza, cultura y tradiciones reflejado en objetos de zerodur del color de la miel que acaban siendo nuestro ojo más potente para observar ese otro Universo, el que está plagado de información y, también, de incógnitas.

Sé que cantar las bondades del lugar que te ha enamorado es poco objetivo. Pero no sé por qué diantres debo serlo. Amé esos espejos, lectores, no saben cómo. No saben cuánto. Seguí cada paso, cada latido de sus actuadores, hasta que estuvieron todos juntos. Y, cuando esto ocurrió, sonó en mi cerebro una sinfonía tan magistral, que nada ha podido igualar desde entonces ese arrebolarse que electrizó mis neuronas. Bueno, nada excepto los paisajes de Canarias.

La autora del post frente al GTC. Crédito: David Cabezas, 2010.
La autora del post frente al GTC. Crédito: David Cabezas, 2010.

Por eso creo que los nombres elegidos para los 42 segmentos son de lo más acertado. No se puede ser objetivo con una tierra tan bella ni con unos nombres tan enraizados. Así que me quedo con la imagen en la que todos ellos se reflejan: la del Gran Telescopio Canarias mirando a las estrellas en una de esas hermosas noches de La Palma.

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