El próximo domingo, 7 de septiembre, algunos afortunados en la península ibérica tendrán la oportunidad de disfrutar de la segunda parte de un eclipse total de Luna al atardecer. Serán principalmente aquellos situados más al este, sobre todo en Baleares y Cataluña.
Desde estas zonas, la Luna de Sangre surgirá en el cielo opuesta al Sol. Inicialmente será difícil de ver debido a su escaso brillo, pero a medida que se eleve, se hará más brillante al tiempo que el cielo se oscurece, permitiendo observarla con mayor detalle. Su cercanía al horizonte le dará una apariencia de gran tamaño, lo que la hará especialmente atractiva para los observadores. Será fundamental buscar lugares con un campo de visión despejado hacia el este.

A partir de las 20:52 (hora peninsular), la Luna comenzará a salir de la sombra de la Tierra, perdiendo rápidamente su color rojizo para volverse más brillante, hasta mostrarse como una Luna llena habitual poco antes de las 22:00 (a las 21:56).
Cuanto más al oeste se esté, más difícil será observar la fase de totalidad. Desde Galicia será imposible, ya que la fase de totalidad finalizará antes de que la Luna aparezca sobre el horizonte. En Canarias, la visibilidad se limitará a la fase final del eclipse, que será parcial.
Puede obtener más información de este eclipse de Luna para su localización utilizando simuladores como Stellarium o en webs como In-The-Sky.org con tan solo introducir sus coordenadas.
Qué es un eclipse de Luna
Un eclipse lunar se produce cuando la Luna atraviesa la sombra de la Tierra, bloqueando la luz del Sol que la ilumina. A diferencia de los eclipses solares, que solo pueden verse desde una franja muy limitada de la superficie terrestre y duran unos minutos, los eclipses de Luna son visibles desde toda la mitad del planeta donde es de noche y se prolongan durante varias horas.
Cuando la Luna entra por completo en el cono de sombra de la Tierra hablamos de un eclipse total, y en ese momento adquiere un característico tono rojizo que la convierte en la célebre “Luna de Sangre”. Este fenómeno, mucho más frecuente que los eclipses solares totales, es uno de los espectáculos astronómicos más accesibles y populares.
